Ni que decir tiene que al querer abordar este tema me he encontrado con que solo encontraba información de cuidado genital ‘femenino’. Sí, incluso, probaba a buscar ‘higiene íntima’ y siempre iba acompañada de la referencia al sexo femenino. ¿Qué pasa con la higiene de las personas que nacen con sexo femenino y son hombres (y al revés)?, ¿Qué pasa con los hombres? Obviamente, no es lo mismo la vulva que el conjunto del pene y el escroto, pero… Gracias a dios, cada vez se van encontrando más productos para la higiene íntima masculina pero…..
En fin, yo como mujer que nació con sexo femenino hablo del cuidado íntimo femenino, que es del que mejor puedo hablar:
La microbiota (comúnmente llamada flora) vaginal se ve alterada por multitud de factores como una higiene deficiente (¡ojo! que una higiene excesiva también la puede dañar), el uso de ropa ajustada, los cambios hormonales, la menstruación… Incluso distintos factores externos como tratamientos médicos, la toma de antibióticos o de anticonceptivos hormonales pueden alterar la flora. Es por eso que es muy importante mantener un cuidado (cuidadoso) de la zona.
Hay quien dice que la vulva no necesita ningún limpiador específico; lo respeto pero no lo comparto. Es verdad que tenemos nuestros factores naturales de auto-regulación, pero es verdad que hay veces que algo no funciona correctamente en el cuerpo (ya sea por la alimentación, el estrés…) A mí me gusta usar un limpiador específico para la zona genital, considero que el cuerpo humano tiene distinto tipo de piel (grosor, sensibilidad, pH…) y debe usarse un gel específico, igual que no limpio mi cara con el mismo limpiador que mis piernas.
Al ducharme, me limpio con un gel limpiador específico (para personas con sexo femenino y en edad fértil, con un pH entre 3’5 y 4’5, si estuviese en la menopausia buscaría uno con un pH básico o alcalino). Es suficiente lavarse una vez al día por regla general, siempre con las manos (las esponjas son nidos de gérmenes, aparte de que no queremos dañar una piel tan delicada) y tan solo hay que lavar la zona genital externa (las duchas vaginales deben ser prescritas por nuestro médico o nuestra médica). Así de simple. Y ahora te muestro mis limpiadores preferidos por el momento:
Por si te interesa, hace un tiempo estuve usando este gel limpiador de farmacia. La verdad es que repetí con él bastantes veces, pero ahora prefiero utilizar otros productos más naturales (aunque no tiene una mala composición):
Si sigues este blog ya sabes que me encanta el aceite de árbol del té. Y esque es muy práctico. Dado que es un potente antiséptico y antifúngico, es un excelente aliado también en el cuidado íntimo. Estos días me he atrevido a usarlo en su forma pura, echándole unas gotas al jabón íntimo que tengo; pero si no me sale mal el invento, sin duda será un ingrediente a tener en cuenta a la hora de adquirir nuevos productos.
Este es el jabón íntimo que tengo abierto ahora. Me parece que tiene una maravilla de composición y de precio, pero para mi gusto se queda corto. Por esa razón, ahora que me quedará como un tercio de producto en el bote, he probado a echar unas gotas de aceite de árbol del té.
También hay hidratantes específicos. Actualmente no uso ninguno, siento que utilizando productos con extractos vegetales, calmantes, y (sobre todo) sin sulfatos, no necesito más. No descarto que en un futuro compruebe que lo necesito pero, hoy por hoy, está bien así.
Otro aspecto a tener en cuenta es que debes usar ropa interior de algodón, Otro tipo de tejidos pueden causarnos irritación y, por supuesto, una sudoración excesiva que puede favorecer que suframos de infecciones e incluso hongos… También se recomienda que la ropa no esté muy ajustada y, preferiblemente, que o tenga tintes químicos.
También quería hablarte de la higiene íntima menstrual. Hay temporadas en las que he probado a no usar gel íntimo. Para mí, esos días es imprescindible usarlo al abusar de compresas y, sobre toso, tampones llenos de químicos.
Desde hace unos meses estoy usando la copa menstrual. ¿Por qué no la había usado antes? No lo sé… Bueno, por miedo a lo desconocido (¡¡y a lo conocido, a mí!!): creía que no sería capaz de usarla, que acabaría manchada entera. Pero me decidí a probar.
Desde las primeras puestas, sin agobios; ¡nada que ver con las primeras puestas de los tampones! Pero, ese ha sido mi caso; he escuchado experiencias que… Sin ir más lejos, mi amiga Mayra se la compró y no se ve capaz de usarla. Y yo no voy a insistirle más, ya que yo misma he tardado muchos años en atreverme.
El siguiente paso a favor del medio ambiente, de mi salud y de mi economía (que también es importante) debería ser utilizar compresas de tela para esos momentos en los que me siento más segura con compresa. Al menos, he empezado a utilizar compresas de algodón orgánico.
La capa que está en contacto con la piel es de algodón, esas compresasno llevan blanqueantes ni perfumes. Cuestan más caras que las habituales, pero dado que uso muchas menos que antes y me ahorro el dinero de los tampones… Pero aún así, no descarto comprarme las de tela.
Debido al confinamiento he tenido que recurrir a las compresas «normales». Entre el desabastecimiento y que me he tenido que conformar con las de la droguería más cercana… Pero bueno, es una circunstancia excepcional.