Método curly, no poo shampoo, co-wash… ¡¿Qué?!
Hace un par de meses escuché por primera vez hablar del ‘método curly’. Bueno, seguro que lo había oído antes, pero supongo que mi cerebro había decidido que eso no iba conmigo. Total, que ese día, algo hizo clic y me enteré de lo que iba. La verdad que no sé cuándo se empezó a poner de moda entre personas de pelo rizado (leo cosas de 2016) pero, si eres como yo y no echas demasiada cuenta a las modas, pues te cuento de qué va…
Como su nombre indica, es un método a seguir por personas que tienen el pelo rizado (y que están dispuestas a llevarlo rizado, que nos conocemos). En principio no iba conmigo; aunque también hablaban de pelo ondulado, así que, yo ya entonces quise prestar atención.
Seguro que ya conoces mi opinión de las siliconas y los sulfatos. Pues, ¡sorpresa! Resulta que para este método o rutina tampoco son bienvenidos estos ingredientes. Eso sí, hay que hacer una limpieza detox con un champú sin sulfatos para eliminar restos de ingredientes que no queremos (sí, hablo de siliconas principalmente). Y, como ya sabemos que estos detergentes arrasan y el pelo sufre, pues después de eso hay que utilizar una mascarilla nutritiva.
Permíteme que no te haga una lista de lo que se tiene que hacer, si te apetece seguir esta rutina, no tienes más que buscarlo en internet. ¡Hay miles de artículos!
Simplemente te he hablado de esta limpieza porque es algo que a mí me gusta hacer un par de veces al mes. Utilizo este champú con sulfatos del que ya te he hablado y una mascarilla capilar.
Tengo abiertas dos mascarillas, aunque de vez en cuando uso algún aceite o manteca vegetal.
Esta mascarilla la he repuesto antes de acabarla, no tengo que decir más. Precisamente es de la misma marca que el champú. Fructis sacó una gama ‘Hair Food’, y de las 4 o 5 mascarillas que la componen, la de aloe es la que más se adecúa a mi tipo de pelo (me parece a mí). Esta mascarilla me gusta mucho porque, además de usarla cada dos o tres semanas para que le dé un chute de hidratación, la uso a modo de acondicionador cuando no tengo tiempo de dejármela varios minutos, y esque noto que lo suaviza y facilita el cepillado bastante más que si usara cualquier otro bálsamo acondicionador.
Compré esta otra mascarilla para probar, ya que la marca tiene verdaderas ‘joyas low cost‘ de esas que tanto nos gustan. Tardé un par de meses en probarla porque, al ver su INCI, me asusté: pensé que me engrasaría demasiado. Pero nada, la uso con algo de cuidado y me gusta mucho. Vamos, «cuidado», que si la tengo más de 10 minutos, me arriesgo a tener el pelo más apelmazado…
Tengo otras dos mascarillas, pero no las he probado aún y no sé cómo me irán. Sus composiciones, ¡de diez!, certificadas por BDIH (Cosmos): una de volumen, de jazmín y aceite de jojoba, y otra de higo y aceite de almendras; ambos de Organic Shop.
Las mascarillas capilares las uso una vez a la semana. En ambas se indica que se pongan entre 3 y 5 minutos, pero de vez en cuando me gusta ponerme la mascarilla de aloe 20 minutos. Todo es según me vea el pelo, y según el tiempo y las ganas que tenga, la verdad… Si estoy perezosa pero tengo las puntas demasiado secas, al menos me pongo algún aceite mientras hago cosas en la casa.
El resto de días uso alguno de estos champús con sus bálsamos:
Compré estos productos porque había oído hablar bien (tampoco maravillas), pero sobre todo los compré porque me encanta el olor a coco. No creo que repita con ellos porque, no lo hacen mal, pero prefiero otro tipo de champús y bálsamos más naturales.
Sí, una vez más, aparece la marca EO Laboratorie. Me están encantando, tanto las composiciones como el resultado que se queda.
Estoy intrigada por saber cómo serán los otros champús y acondicionadores de esta marca, ya que bastantes de ellos me llaman la atención. Lo que no me gusta, el envase. Tiene una boca ancha que, para ducharse recién levantada (que, aún se está dormida y torpe, vaya) y con prisas para ir al trabajo… ¡Creo que algún día me arrepentiré de usarlos! Pero bueno, este no me ha dado mal resultado, así que genial.
Como opción poco recurrente, siempre tengo en casa algún champú en seco. No sé si lo habrás usado, pero si tienes el cuero graso y/o si te gusta llevar flequillo, es un imprescindible en tu casa. Bueno, también se usan para dar volumen, pero aquí una no tiene maña… Me gusta usar esta marca porque tienen versiones «con un toque de color», y esque los champús en seco dejan un poco de residuo blanquecino que es muy poco favorecedor cuando tienes el pelo oscuro. Encontré otra marca que también tenía «versión castaña», pero llevaba una o varias siliconas…
Los últimos años he estado bastante agobiada con mi pelo. Incluso cuando ya llevaba bastantes meses sin usar tantos químicos (ya, todo es química, pero para que me entiendas), no entendía por qué seguía teniendo el pelo tan apagado… Hablando con mi madre, me dijo que sí estaba mucho mejor, pero yo seguía viéndolo mal… Además de productos específicos de hidratación y brillo, escuché una recomendación de unos secadores-cepillos de pelo bastante interesantes. Uno de ellos era el típico cepillo alisador, pero vi otro para dar forma:
Y esque yo no tengo habilidad para manejar el cepillo de pelo a la vez que el secador; así que, si quiero peinarme para algún evento, recurro a la plancha de pelo. Pero, nada de ondas, tirabuzones… tipo tabla (hasta que pasa media hora y mi pelo coge algo de humedad y se ve más natural, y despeinado). Bueno, pues… Que estoy encantada con mi secador. Es verdad que, si llevo prisas y no espero que se vaya la humedad de la ducha, o entro en el tren y está lleno de gente, mi pelo se pone ondulado y encrespado… Eso es así.
Pero bueno, estoy tan harta de ir despeinada que hago todo lo posible por llevar el pelo liso. Realmente, no me gusta usar demasiado el secador, así que es posible que deje de darle tanto uso de aquí a unos meses… Pero por ahora soy feliz con mi secador.