Uno de los primeros artículos que quise incluir en este blog fue uno sobre protección solar. Porque, sobre protección solar se ha escrito mucho, pero parece no ser suficiente, en vista del porcentaje de personas que siguen sin integrar la protección solar en su rutina de cuidado de la piel. Y si tú eras una de ellas hasta que leíste el post y ahora te has cambiado de bando, me doy por satisfecha.
Si no lo eres aún, sigue leyendo, porque tengo tres cosas que decirte: los rayos UVA y UVB, especialmente temidos por la gran mayoría, no son los que calientan. Son fríos, esto hace que muchas veces no seamos consciente del daño que nos estamos haciendo. Y, que sepas que gran parte de los rayos atraviesan las nubes. Por si no te he convencido para que uses protección solar durante todo el año, déjame decirte que la luz de tu oficina y la que emiten los dispositivos electrónicos también daña la piel. ¿Sabes de qué daño hablamos? Insolaciones, quemaduras, lesiones oculares, fotosensibilización y/o alergia solar, cánceres de piel…
Una vez te hayas concienciado, te invito a leer el post del año pasado antes de seguir por aquí (pincha en el enlace). Ahora, déjame ayudarte a escoger la crem,a solar que más se adapte a tu estilo de vida.
La protección solar ha de ser siempre el último paso de la rutina del cuidado facial diurno y hemos de aplicarla una vez se hayan absorbido el resto de los productos anteriores. Posiblemente estés pensando que no tienes tiempo de ponerte tantos potingues por la mañana pero, ¿por qué no te planteas usar una hidratante con SPF o una crema solar con color?
Hemos de tener en cuenta varios factores:
- Nuestro fototipo. Resumiendo, las pieles más claras tenemos que usar protectores solares más altos que aquellas que tienen pieles oscuras. No quiero repetirme, aquí te dejo otra vez el enlace al post del año pasado donde hablo más del tema.
- Las características de nuestra piel. De este tema te he hablado aquí. No serán las mismas necesidades las que tenga una piel seca que las que tenga una piel grasa y sensible.
- La zona que queramos cubrir: hay protectores específicos para zonas sensibles. No podemos olvidar las cicatrices y las marcas que podamos tener, ¿verdad?
- Para qué queremos el protector solar: para nuestro día a día, para salir a hacer deporte, para ir a la playa a tomar el sol y nadar…
- Y, déjame recordarte que la fotoprotección es un conjunto de medidas. No basta solo con elegir una crema solar, es fundamental la hidratación, la utilización de ropa y complementos para protegernos del sol y la elección de horas en las que tomar el sol.
Por último, voy a recomendarte algunos protectores solares faciales (los corporales los traeré más adelante):
Mi penúltimo descubrimiento a día de hoy: la Hidratante facial con SPF 25 de Amapola Biocosmetics. Ya lo conté hace unas semanas, la perdí. Sus pros, es una crema hidratante (jugo de aloe vera, triglicéridos, aceite de aguacate, aceite de argán, aceite de burití…), no lleva dióxido de titanio (ya que no se sabe hasta qué punto es penetrable en el cuerpo humano ni si se elimina) y la reformularon para que no llevara talco; entre sus contras, solamente contiene un factor solar del 25 y, en verano podría resultar (al menos en mí) incómoda. La verdad es que la parte «negativa» no es grave, para nada; simplemente voy a usarla en invierno, para mi día a día en la ciudad.
No es ninguna novedad: mi protector solar favorito (al menos, hasta que he descubierto éste del que te acabo de hablar) es el de tacto seco de La Roche-Posay. Sus pros, el rostro no se siente aceitoso. Sus contras, contiene filtros químicos y físicos pero con nanopartículas. Aún así, llevo gastados tres botes en lo que va de año.
Este año probé dos cremas solares con color. Pese a haberlas usado (una más que otra), no me han acabado de convencer. Por un lado hablo de esta crema con filtros físicos de Avène. Me estaba gustando, pero necesitaba aplicar polvos translúcidos. No me disgusta, pero… No es el solar con color definitivo para mí.
También probé esta crema de Cantabria Labs. Me animé a probarla porque era textura gel y tenía color. Era muy completa, con filtros químicos, físicos y biológicos; además tenía un olor espectacular a naranja. Pero a mí no me resultaba nada cómoda, además me picaba en los ojos. Yo no repetiré con ella, pero quizá sea lo que tú buscas.
Justo esta semana he descubierto por casualidad esta otra crema de Avène para pieles sensibles. La crema tiene filtros químicos, con pigmentos micro-encapsulados que dan un efecto buena cara. Sigue sin parecerme la mejor opción, pero seguiré probando. No puedo decirte mucho más sobre ella.
Por aquí te dejo los nombres de otros fotoprotectores de los que, aunque no los he probado, he oído hablar bien y quizá te interesen: Fusion Water Color SPF 50 de Isdin, Stick Protector Zonas Sensibles (con SPF 50) de Ladival, Protector Solar Spray SPF 30 de Coola, Crema facial SPF 30 de Alga Maris…
Y, ¡¡nada más por hoy!! Espero tus dudas y, por qué no, tus recomendaciones. Hasta la próxima semana.